FertirrigaciÃn: una tÃcnica para mejorar la producciÃn y calidad de los cultivos
La fertirrigaciÃn es una tÃcnica que consiste en aplicar los fertilizantes disueltos en el agua de riego, mediante un sistema de riego localizado (goteo o microaspersiÃn). Esta tÃcnica permite ajustar la cantidad y el momento de la aplicaciÃn de los nutrientes a las necesidades de los cultivos, mejorando su eficiencia y reduciendo las pÃrdidas por lixiviaciÃn o volatilizaciÃn. AdemÃs, la fertirrigaciÃn favorece el desarrollo radicular, el crecimiento vegetativo y la producciÃn y calidad de los frutos.
La fertirrigaciÃn requiere un conocimiento profundo de los aspectos relacionados con la fertilizaciÃn, el riego, el suelo, el cultivo y el clima. TambiÃn es necesario disponer de un equipo adecuado para la preparaciÃn, el control y la distribuciÃn de las disoluciones fertilizantes, asà como de un mÃtodo de diagnÃstico de la nutriciÃn y el estado hÃdrico de las plantas.
Fertirrigacion Carlos Cadahia.pdf
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En este artÃculo se presenta una introducciÃn a la fertirrigaciÃn, basada en el libro FertirrigaciÃn. Cultivos hortÃcolas, frutales y ornamentales, de Carlos CadahÃa LÃpez[^1^] [^2^] [^4^], que aborda los aspectos teÃricos y prÃcticos de esta tÃcnica para diferentes tipos de cultivos.
FertirrigaciÃn: aspectos bÃsicos
La fertirrigaciÃn se basa en el principio de que los nutrientes son mÃs eficientes cuando se aplican en pequeÃas dosis y con frecuencia, coincidiendo con los momentos de mayor demanda por parte del cultivo. De esta forma se evita el exceso o el dÃficit de nutrientes en el suelo o en el sustrato, que pueden afectar negativamente al rendimiento y la calidad del cultivo.
Para aplicar correctamente la fertirrigaciÃn se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:
La calidad del agua de riego: se debe analizar el contenido en sales, pH, dureza, bicarbonatos y otros elementos que puedan interferir con la solubilidad o la disponibilidad de los fertilizantes.
Los materiales fertilizantes: se deben elegir los fertilizantes mÃs adecuados para cada cultivo y situaciÃn, teniendo en cuenta su composiciÃn, solubilidad, compatibilidad y precio. Se pueden utilizar fertilizantes simples o compuestos, sÃlidos o lÃquidos, convencionales o especiales.
El cÃlculo y la preparaciÃn de las disoluciones fertilizantes: se debe determinar la concentraciÃn y el volumen de las disoluciones a aplicar en cada riego, según la dosis de nutrientes requerida por el cultivo. Se pueden utilizar mÃtodos manuales o automÃticos para la preparaciÃn de las disoluciones.
El diagnÃstico de la nutriciÃn y el estado hÃdrico del cultivo: se debe realizar un seguimiento periÃdico del estado nutricional y del estrÃs hÃdrico del cultivo, mediante anÃlisis foliares, anÃlisis del extracto saturado o del drenaje del suelo o del sustrato, mediciÃn de la conductividad elÃctrica o del potencial osmÃtico de la savia, etc. Estos mÃtodos permiten ajustar las dosis y la frecuencia de la fertirrigaciÃn a las condiciones reales del cultivo.
El cabezal de riego: se debe contar con un equipo que permita controlar el caudal y la presiÃn del agua de riego, asà como inyectar y mezclar los fertilizantes con el agua. El cabezal debe estar provisto de filtros, vÃlvulas, bombas, inyectores, medidores y sensores que garanticen el correcto funcionamiento del sistema.
La programaciÃn del riego: se debe establecer el momento y la duraciÃn 29c81ba772